El mapa de la nueva fiscalidad

Fuente: Expansión
10/7/2013

Los ayuntamientos, asfixiados por la depresión del ladrillo, supurando deudas y atizados por la atonía económica, han optado en los últimos años por las subidas de impuestos para poder cuadrar las cuentas y evitar así el sobreendeudamiento, los despidos colectivos o, simple y llanamente, la quiebra.

Ninguno de los cinco grandes impuestos locales se ha salvado de las subidas. Son los siguientes: el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE), el Impuesto sobre el Incremento de Valoración de los Terrenos de Naturaleza Urbana (IIVTNU, conocido como plusvalía local). EXPANSIÓN ha analizado los nuevos datos de esos cinco tributos en las 48 capitales de provincias del régimen común (se quedan fuera Pamplona, Vitoria, San Sebastián y Bilbao, de las que no hay datos, al tener régimen propio).

Y la conclusión es clara: los consistorios han seguido subiendo impuestos en 2013, apretando cada vez más a los contribuyentes, en plena recesión, según los datos del Ministerio de Hacienda.

El balance es: el IAE aumentó en 14 grandes ciudades y no disminuyó en ninguna; cinco capitales elevaron el tipo de la plusvalía local y sólo una lo bajó; 11 capitales subieron el IBI, por nueve que lo bajaron; tres incrementaron el ICIO y sólo una lo bajó; y 18 castigaron más a los vehículos, mientras que ninguna les bajó el impuesto. En total, se registraron 51 alzas fiscales y sólo 11 rebajas.

El fundamental es, de largo, el IBI, que grava la tenencia de inmuebles. Sobre todo, en su vertiente residencial; es decir, para la vivienda. Encabezan esas 11 capitales de provincia que han subido en 2013 su tipo de IBI para casas Girona (10%), Zamora (6,5%), Burgos (5,2%) y Ceuta (4,7%).

Esas son las ciudades donde más ha subido el tipo con respecto a 2012, pero no las que tienen el tipo más alto ni aquellas donde más se paga (cosa que depende de los valores catastrales, que son la base imponible del impuesto).

El top ten

Aplicando la metodología del Ránking Tributario que elabora cada año el Ayuntamiento de Madrid –que toma un valor catastral igual para todas las capitales, de 6.010 euros (en 1990, año de entrada en vigor del IBI), y lo va actualizando según las revisiones de las ponencias de valoración catastral–, el top ten del pago de este impuesto lo conforman: Tarragona (131 euros), Lleida (130), Murcia (121), Salamanca (115), Melilla (115), Ciudad Real (112), Sevilla (112), Almería (109), Barcelona (105) y Toledo (105 euros).

En el lado opuesto se encuentran Ceuta (55 euros), A Coruña (56), Palma de Mallorca (57), Girona (58,5) y Palencia (61 euros), entre otras.

Como se ve, los alcaldes de las ciudades donde el pago de la cuota de IBI es más bajo tienen más margen de subida de tipos (caso de Girona o Ceuta).

La cuota media de España, por tanto, y siempre teniendo en cuenta la metodología del Ránking Tributario (que se aplicaría para pisos muy pequeños), sería de 86,8 euros al año.

Por ejemplo, Madrid tendría una cuota anual de 89,2 euros, un 15,7% menos que Barcelona (105,97) y un 2,7% más que la media. Una familia media de la ciudad condal paga un 22% más que la media de España. En la otra gran ciudad, Valencia, la cuota es de94,66 euros, un 6,1% más que la de Madrid y un 10,6% por debajo de la de Tarragona.

Al final, esa cuota que se paga es el resultado de multiplicar el valor catastral por el tipo de interés de manera que donde los precios son más caros, es normal que se pague más. Entonces, ¿dónde se aplica el tipo más alto de IBI residencial? ¿En Madrid, Barcelona o Sevilla? No, en ciudades costeras: Huelva (1,166%), Cádiz (1,11%, ya que es una ciudad prácticamente sin espacio para construir y su ayuntamiento ha de rentabilizar lo ya construido), Valencia (1,07%) y Melilla (1%). Todas las demás están por debajo del 1%.

IAE

Pero no sólo el IBI ha subido. Muchos grandes ayuntamientos han aprovechado la coyuntura fiscal, claramente enfocada a las subidas de impuestos, para elevar sus tipos de Impuesto sobre la Actividad Económica (IAE, que grava a las empresas).

Así, sólo en 2013 el tipo máximo de gravamen del IAE que se aplica a las empresas ha subido en 14 capitales de provincia. Por ejemplo, un 46% en Huelva, un 37% en Toledo y un 15,4% en Málaga. Mención aparte merece Ceuta, que de un tipo del 1,2% ha pasado al triple, 3,6%. El tipo más elevado que se aplica en estos casos es del 3,8%, que es que el tienen Toledo, Madrid, Huelva, Barcelona, Palma de Mallorca, Tarragona y Zaragoza.

En cuanto a la plusvalía local, que grava el incremento de valoración de los terrenos de naturaleza urbana, cuando se transaccionan, sólo cinco capitales han aumentado su tipo para las revalorizaciones hasta 20 años, ya que la mayoría ya aplicaba el 30% (el mayor gravamen, que comparten 19 capitales).

Los que han incrementado la carga fiscal sobre estas operaciones son: Cuenca (un 16,6%), Ciudad Real (6,6%), Tarragona (2,72%), Segovia (2,72%) y Teruel (2,6%). Y sólo Almería ha bajado este impuesto en 2013, un 23%.

Sólo tres municipios elevaron el ICIO, ahora menos importante por la escasísima actividad promotora: Teruel (que ha pasado de un tipo del 3,75% al 4%), Ciudad Real (del 3,96% al 4%) y Tarragona (del 2,94% al 2,99%).

Hay que recordar que el tipo más elevado es el 4%, que ya tienen 28 capitales. El tipo más bajo se observa en Melilla (2,5%).

Pocas obras que gravar

Cabe recordar que el principal foco de ingresos fiscales de los entes locales es el mercado inmobiliario, pero en 2012 los consistorios ingresaron 15.000 millones de euros menos por impuestos derivados de esta actividad que en 2007, año del pico de la burbuja. Según José Antonio Pérez, director de la Cátedra Inmobiliaria del Instituto de Práctica Empresarial, esto significaba que los ayuntamientos obtenían de la vivienda más del 50% de sus ingresos atípicos, gracias a los impuestos y a la monetización de los terrenos cedidos para aprovechamiento lucrativo de los consistorios (el 10%).

Era entonces cuando subían el ICIO, e incluso cobraban tasas de urbanización por los planes parciales, cosa del todo ilegal, pero que exigían a los promotores para no ralentizar las obras. Ahora que no hay actividad constructora, hay telarañas en las arcas.

Por eso los alcaldes han puesto el foco en otros tributos, cuya subida es mucho más eficaz actualmente. Por ello ha tomado protagonismo el Impuesto sobre los Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), que han subido nada menos que 18 de los 48 consistorios analizados.

Los que más han elevado el castigo a los vehículos de 8 a 11,99 caballos fiscales han sido Soria (un 8% más), Ciudad Real (7,2%) y Burgos (5%). Y las rebajas fiscales en este campo fueron un buen reflejo de la política municipal en materia fiscal: cero.

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